PJL-44

Viejo Planeta

Viejo Planeta

La democracia y el capitalismo liberal nos enseñaron a pensar que, siguiendo las reglas del mercado, existen unos que ganan y otros que pierden. La historia, sin embargo, nos ha mostrado que, a pesar de la distancia de siglos, todos aquellos que ganan y los que pierden nunca son los mismos.

Vencieron los que más se comprometieron o los que tuvieron mejores ideas para ofrecer a la comunidad o, en el peor de los casos, lograron aprovechar un momento de debilidad de su adversario. No obstante, la parte más débil debería concientizarse en su deficiencia e impulsarse a mejorar. Las reglas del juego parecían idealmente, para llevar a un equilibrio, donde todos podían avanzar.

Lo que se perdió fue la percepción del ambiente.
Nosotros perdimos el respeto por el lugar donde vivimos. Solamente, hemos pensado en el monopolio indigno de los recursos primarios, recursos que este planeta nos ofreció para vivir generosamente a fin de tener la capacidad de vivir y de progresar.

Si continuamos explorando nuestros recursos en el ritmo actual, precisaríamos de un planeta y medio para sobrevivir (¡2,6 planetas en el ritmo de los europeos!). Eso significa que nuestra tierra no tiene tiempo suficiente para regenerar los bienes que consumimos. Sin mencionar aquellos que consumen por dos (o más) y aquellos que tienen grande dificultad en sobrevivir.

Las manifestaciones de protesto para esas desigualdades son evidentes, nacidas espontáneamente y divulgadas en todas partes del mundo, de Brasil a Nueva York, de Paris a Hong Kong, existe una señal poderosa - juntamente con las catástrofes cada vez más comunes causadas por los cambios climáticos – que debemos cuidar mejor nuestro planeta y de sus habitantes.

Los cuidados con la protección de salud e higiene - algo muy cercano para nosotros - son compromisos de civilización y de progreso que no deben ser desconsiderados porque se constituye – juntamente, con la necesidad de alimentos y energía - la piedra fundamental para vivir y progresar de manera socialmente civilizada.

Todos nosotros queremos producir y trabajar por un mundo mejor, para poder disfrutar - juntamente con los otros – de este Viejo Planeta que no debe ser más maltratado y abusado. Un Viejo Planeta que nos ha dado un mar de cosas bellas.

Un mar en cuyas márgenes donde tendríamos la oportunidad de ver, con serenidad, el nacer del sol una vez más.

 Maura Leonardi

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PERINI JOURNAL 44