Nicolas Louis Robert: a los 19 años participó en la Guerra de la Independencia Americana. En la papelera en Essonnes, en 1798, proyectó una máquina para aumentar la producción del papel: allí surgió la primera “Continua”. Como la mayoría de los inventores, terminaría sus últimos días en la miseria.
Nico Zardo
I En 1790 Nicolas Louis Robert (1761-1828), después de haber sido soldado durante 14 años, paso a laborar y llegó a ser el superintendente en una fábrica de papel en Essonnes (60 km al sur de Paris), una papelera que fue creada en 1355, que producía para el Ministerio de Finanzas de Francia. Robert encontró muchas dificultades para controlar más de 300 trabajadores de la fábrica (maivais coucher!), cuya falta de disciplina no parecía extraña a los vientos de una revolución que se inflamaba en Francia y que creó problemas a la creciente demanda del papel. Así, como los primeros telares mecánicos para tejidos pasaron a reducir la presencia de mano de obra, Robert fue solicitado por el propietario, Didot Saint-Legér, a proyectar una máquina que podría acelerar la producción de papel, disminuir el número de empleados en el proceso y dar un nuevo rumbo a los métodos de producción tradicionales, la cual está inmortalizada en las famosas Enciclopedias de Diderot y D’Alambert.
LAS PRIMERAS PRUEBAS FUERON MUY DECEPCIONANTES. Pero Didot insistió y para el cual, dispuso de hombres y medios (¡todo en secreto y sin conocimiento de los operadores!) a fin de permitir que Robert construyese prototipos de máquina que reprodujera el proceso de fabricación manual: la pasta de papel sería vertida sobre una tolva, la cual regularía su pasaje sobre una faja transportadora de malla metálica a fin de permitir el secado de la pasta por escurrimiento. Posteriormente, haría su pasaje a través de dos cilindros calandras cubiertos con fieltro que reduciría aún más la cantidad de agua y que determinaría la espesura del papel y al final del sistema sería enrollado. Mismo que era rústica y no muy estable, nacía una máquina “continua” de fabricación de papel: 60 centímetros de anchura, pero, teóricamente, para aquella época, ¡era grande y deseado! La patente del sistema fue depositada el 18 de enero de 1799, pero, debido a la baja eficiencia de la máquina, desmotivó a Robert y dejó de lado sus investigaciones y transfirió la patente a Didot a través de un contrato que nunca sería pago. Pero, él repaso la idea a su cuñado, John Gamble, que se asoció a los ingleses Henry y Sealy Fourdrinier, dos hugonotes de origen francesa, cuyo nombre permanece hasta hoy inevitablemente vinculado a la “continua”. Todo debido a la colaboración de un hábil mecánico, Bryan Donkin y a la inversión de £ 60.000, los hermanos Fourdrinier la perfeccionaron e transformaron la máquina eficiente para su uso. La “continua” comenzó a funcionar en Apsley, Hertfordshire, en 1803 y fue patentada el 24 de julio de 1806. Nicolas Louis Robert terminaría su carrera como profesor, muriendo en la miseria a los 66 años de edad. *