Alessandro Mazzeranghi, MECQ S.r.l.
En el comienzo de la crisis económica, la industria de tisú se encontraba sobrecargada de producción y que penalizaba fuertemente a las empresas que se orientaban hacia el mercado maduro, especialmente en el continente europeo. La crisis encontró una situación de sufrimiento en el ámbito mundial y una de los problemas directos de ese hecho fue la penalización a los productos premium en favor de los productos de marca propia o de los productos que estaban a precios bajos.
EL MIEDO Y LAS DECISIONES DE LOS ÚLTIMOS SIETE AÑOS. Las empresas de los segmentos de tisú, productos de limpieza e industria de alimentos se manifestaron contra determinadas medidas, las cuales fueron expresadas como “cautela al borde de la parálisis”. Miedo del presente y sobre todo del futuro. En los mercados maduros ocurrieron dos etapas distintas:
Inicialmente, un período durante el cual todas las formas de inversión fueron bloqueadas, con excepción de algunas que ya estaban concluyendo con las inversiones en el comienzo de la crisis; las empresas que sobrevivieron, comenzaron a dejar de lado las máquinas viejas y disminuyeron el número de empleados, entre otras medidas. Más tarde, en las plantas que estaban en operación, las inversiones fueron reiniciadas teniendo dos objetivos en mente: optimizar los procesos existentes, es decir, disminuir los gastos nuevamente reduciendo el número de empleados. El último análisis, era de mejorar lo que ya existía, pero sin hacer inversiones reales. En la segunda etapa, fueron hecha dos cosas: en primer lugar, el hecho de que las empresas – en este contexto, simplemente, nos estamos refiriendo as del tisú - se convencieron de que el mercado europeo aún era atrayente, no obstante, teniendo claro, que ahora las márgenes de lucro se encontraban reducidas; además del hecho, que las empresas estaban convencidas de que no sería necesario, de desarrollar del mercado europeo y que sobrepasase su propia conservación. Es decir, las empresas deberían de seguir fabricando los mismos productos, luchando con la competencia en términos de costos. Muy poco, sería el caso y la esperanza de sobrevivir a la crisis.
A MENOS QUE... A MENOS QUE SE RECOMIENCE HACIENDO INVERSIONES EN PROYECTOS DE DESARROLLO, ESPECIALMENTE EN TÉRMINOS DE PRODUCTO. Pero, en este punto, tenemos que considerar una serie de factores vinculados a la estructura de las empresas y las restricciones impuestas por el mercado y la sociedad, elementos que, en Europa, implican en obstáculos claros para el desarrollo. Con respecto a la estructura de las empresas, existen aquellas que aún están muy vinculadas a la propiedad restricta. Compañías así norteadas no tienen solidez económica–financiera, que es indispensable hoy para obtener en Europa, el apoyo del sistema bancario. Otras empresas poseen una organización multinacional desarrollada en varios continentes, pero, cuando realizan inversiones, prefieren hacerlo dentro del contexto geográfico en los cuales pueden tener márgenes más satisfactorios y por lo tanto, dejar a las fábricas localizadas en el viejo continente, solamente, sería lo esencial para sobrevivir.
AHORA, CON RESPECTO AL AMBIENTE, EXISTEN LAS LIMITACIONES DE CARACTERÍSTICAS DE UN CONTEXTO POLÍTICO, SOCIAL Y LEGISLATIVO, los cuales son esencialmente “pesadas” para los países que pertenecen a la Unión Europea y/o de aquellos que aspiran hacer parte de ella. Toda la Unión Europea está sufriendo de una evidencia del exceso de reglas, las cuales dificultan y retardan el alcance de metas y objetivos. Reglas justas se transforman, muchas veces, en grandes amenazas en dar continuidad a los negocios.
Dentro de la hipótesis de sumar todos esos factores que comentamos arriba acerca de la situación del mercado, podemos comprender de como el exceso de cautela, que aquí definimos como miedo, se ha convertido como una esfera de gestión de las empresas. Si a todo ello, acrecentamos la batalla entre los productos de marca propia y los productos con marca del productor, podemos concluir que las márgenes de los productores de tisú serán cada vez más desgastadas y al final, se podrá ver una rivalidad mortal entre las empresas pobres a una profunda declinación. Mirando a mí alrededor con la vista de empresario, realmente, yo no veo la posibilidad de salvación si seguimos por ese camino.
DEL MIEDO AL CORAJE ¿Qué podemos hacer en la práctica? En primer lugar, nuestros gestores deben admitir, en un corto espacio de tiempo, que no podemos seguir así. Enseguida, ellos deben reconocer, de forma absoluta, que el papel del gestor requiere que se haga hoy algo de bueno, del cual la empresa podrá disfrutar en diez años, período en el cual la persona que tomó esa decisión puede inclusive de estar trabajando en otro lugar. Quién toma las decisiones osadas corre el peligro de cometer errores causando daños en un corto espacio de tiempo. El gerente que comete un error y acaba causando daños, es exigido y sufre las consecuencias. Sin embargo, aquellos que permanecen paralizados en sus pequeñas - y demasiado seguras - optimizaciones o en sus ínfimas disminuciones de gastos, en determinado momento no podrán nada en reducir, ni siquiera habrán generado o asegurado su futuro; en lugar de eso, estarán al lado del lecho de la empresa, aguardando su triste falencia.
EN NUESTRA INDUSTRIA, ESE PROCESO PASA POR LA INVESTIGACIÓN DE PRODUCTOS TENIENDO COMO RESULTADO LA RECUSACIÓN, CONSIDERANDO QUE EL TISÚ ES SOLAMENTE UNA COMMODITY. Por eso es necesario hacer productos de alta gama, que sean más atrayentes en términos de estética y de desempeño, creando un espacio insuperable entre el producto de marca propia y el producto premium.
PARA HACER ESO, DEBEMOS ANTES DE TODO CONSIDERAR EL MERCADO, asumir algún tipo de recuperación de la crisis y tratar de entender, cuales son los productos de alta calidad que pueden atender mejor a los estilos de vida que vendrán por ahí. Simultáneamente, desarrollar tecnologías, procesos y máquinas en producir productos premium a bajo costo, si es posible y que también exista un margen de maniobra para ajustar la política de precios delante del contexto existente en el momento de lanzamiento del producto. El andamiento aquí citado presenta una forma concreta de acción que, lógicamente, será usada en sus variaciones y posibilidades por alguien que cree en la posibilidad de victoria sobre la crisis. De modo especial, su uso podrá lograr en uno de esos sectores, así como el tisú, no existió protecciones específicas de la crisis. La disminución felizmente es nada menos que una ilusión que tranquiliza a los tímidos y que no es la filosofía de las sociedades saludables. De acuerdo a mi modesta opinión - y contra esos miedos que sin duda son los míos también - debemos pensar sobre el futuro de este continente y creer que no tendrá un futuro de efecto devastador. En este caso, lo que está en juego no es solamente, el peligro de entrar en colapso, pero si la chance de luchar con lo mejor de nuestras habilidades ¿la lucha debe ser más digna que en lugar de esperar inmóvil a un trágico fin? *