Despojarse de todo lo que es superfluo para mirar al otro y en el otro con ojos diferentes y verdaderos.
Una perfomance que dejó marca en el alma de quien participó. Una experiencia casi catártica, porque despojarse de la máscara social, es como dejar de ir y de quedarse desnudo delante de los otros que también puede ser una liberación. Pues tratase de libertar las alegrías o lágrimas. No estábamos solos para mostrarlas, pero más de dos o tal vez más. Y compartir puede ser una de las maneras de tomar conciencia de lo que somos y de lo que realmente queremos ser. La autora de esas transformaciones o liberaciones individuales, fue María José Arjona, una importante artista colombiana que fue invitada a visitar Lucca, en octubre de 2014, participará de la residencia internacional organizada por “Lu.CCA - Lucca Center of Contemporary Art. El proyecto fue organizado juntamente con “prometeogallery Ida Pisani” y coordinado por MVIVA.
Consolidado, ahora ya en su tercera edición, el evento ya invitó en las ediciones anteriores, con la participación alternada de artistas tailandeses y coreanos, siempre apoyado de su principal socio Perini Journal - la revista dedicada enteramente al sector de tisú y publicada por Fabio Perini SpA. “Perini Journal”, resalta Maura Leonardi, editora-jefe de PJL, “siempre vinculó el mundo del papel con el arte, dos universos afines que, gracias a la creatividad y sensibilidad de los artistas, expresadas a través de obras únicas equipadas de alma”.Encontrar la esencia de las personas y de las cosas es el objetivo del “Espíritu”, la performance con curaduría de Maurizio Vanni e Ida Pisani, realizada en el pueblo de la antigua iglesia de San Matteo, en Lucca. Un local que no fue escogido aleatoriamente: fuertemente espiritual, impregnado con el olor penetrante del incienso, además de deliberadamente despojado y, por eso mismo, capaz de ofrecer profundas sensaciones interiores.
“Un estado de espíritu”, enfatiza el curador Maurizio Vanni, “una posición, una decisión perentoria, una narración de performance que exalta la preponderancia de los sentidos y del lado derecho del cerebro. Esa es del Espíritu. La dimensión espiritual está dentro de nosotros y así mismo, nosotros estamos dentro de la dimensión espiritual de todas las cosas.” Proyectada para ser totalmente interactiva, María José Arjona desempeño una performance donde anuló los sentidos de la visión a fin de encontrar un diálogo más puro y directo con el público. Los cuatro sentidos restantes fueron los únicos canales para percibir a otro. “Desvendar la forma del otro”, explica la artista de Bogotá, “percibirlo en su forma más pura, no con los ojos, sino a través del espíritu. La performance quiere ir en la esencia de las cosas, en aquella sustancia que permite a las personas estar juntas aparte de la identidad que está vinculada a la propia imagen.
Tocar, oler, sentir y palpar la presencia del público, que se transformo parte activa y recurso principal de la obra, destinada a ser el centro de una experiencia colectiva, para ‘encontrarse a sí mismo’ a través del otro”, finaliza Arjona.
Michela Cicchinè