PJL-43

Pasteur: El descubrimiento de los gérmenes

Nico Zardo

“Peter tiene una tos fatal y su garganta está inflamada: tal vez él haya cogido algún tipo de virus”.

“Suena su nariz con un pañuelo de papel: ¡toser y estornudar son síntomas de un resfriado!”

“Cubra el alimento; para que las moscas no transmitan gérmenes “.

Estas frases son muy familiares. Que hacen parte de los comportamientos higiénicos que nos ayudan a proteger de determinadas enfermedades transmitidas por los organismos vivos tan minúsculos que… no podemos ni siquiera de verlos: los gérmenes.

Pues, ahora sabemos de cómo y por qué nos defendemos. No obstante, quinientos años atrás, la gente de aquella época no tenía noción de los hábitos de limpieza, eran muy limitados, la higiene en general era poco y la presencia de piojos era una parte integral de la vida diaria.

Los científicos usaron microscopios para verlos, pero no comprendían la naturaleza de los gérmenes y de los otros organismos minúsculos que solamente podían verse a través de ellos.

Solamente, después de las experiencias del científico francés Louis Pasteur, fundador de la microbiología, que fueron posible de estudiar el comportamiento de las bacterias y de los virus, que generó un grande progreso en la salud y en la higiene públicas.

 

LOUIS PASTEUR NACIÓ EN DOLE, en Francia oriental, en 1822. Su padre, era un veterano de las campañas Napoleónicas, era dueño de una curtiduría, donde el cuero era procesado. Interesado por el diseño y en pintura desde que era niño, en 1839, él obtuvo un diploma en artes y en ciencias en Royal College, en Besançon. Un joven resuelto, competitivo, que se dedicaba a enseñar y a estudiar simultáneamente. En 1847, se graduó en física y en química. En el año siguiente, fue nombrado como Maestro de física en una escuela secundaria en Dijon, y luego pasó para enseñar en la Universidad de Strasbourg donde, en 1852, llegó a ser profesor titular de química.

Durante sus estudios, el interés del joven Pasteur fue capturado por el trabajo de diversos científicos, que se puso a dirigir las investigaciones de: Claude Bernard (1813-1878), cuyas experiencias en el campo recién creado de la fisiología le permitió a entender mejor la interacción de los órganos dentro del cuerpo humano; Jean-Baptiste Dumas (1800-1884), uno de los fundadores de la química orgánica y estudioso de los procesos químicos que envolvía el carbono, cuyos compuestos crearon bases para la vida en la tierra; Justus von Liebig (1803-1873), profesor alemán, que dio sus contribuciones importantes a la química en el campo de la agricultura, proyecto nuevos sistemas para analizar sustancias químicas y estudió el uso de fertilizantes artificiales.

 

ENTRE 1844 Y 1847, EL PRIMER TRABAJO DE INVESTIGACIÓN DEL JOVEN PASTEUR, se vio envuelto en el campo de la cristalografía, donde él tuvo éxito en demostrar que las sustancias con la misma composición química (en este caso, estaba trabajando con ácido tartárico y ácido racémico), una vez cristalizados, podrían dar diferentes formas identificables a través de pruebas, usando la luz polarizada. Ese descubrimiento - muy importante para aquella época - dio nacimiento a la estereoquímica, el estudio de las propiedades espaciales de las moléculas.

En 1854, él era decano y profesor en Lille, en el nuevo departamento de ciencias, donde comenzó a interesarse por los procesos de producción de bebidas alcohólicas, particularmente, el vino y la cerveza, constantemente afectados por las contaminaciones que deterioraban el producto, causando grandes daños a la economía francesa. A través de sus investigaciones, Pasteur descubrió que la transformación del azúcar en el alcohol, que era hasta entonces, considerada fruto de una simple combinación química, pues allí existía la acción de los microorganismos vivos que ayudan a la fermentación.

Realizando estudios más profundos durante sus experiencias, llegó a la conclusión que la acción importante de estos gérmenes puede ser controlada manteniendo las sustancias a la temperatura de 50 a 60°C durante algunos segundos para eliminar todos los microorganismos, una vez que hayan ejecutado su acción. Esta operación que inicialmente encontró el escepticismo, pero eso más tarde fue usada en beneficio de todos nosotros, denominada, hoy como “pasteurización”: ese proceso conserva al vino y a la cerveza (más tarde fue usa en la leche y otras sustancias) en el deterioro y la prolongación de duración del producto.

 

ESTUDIOS SOBRE LOS GÉRMENES FUERON LLEVADOS A UN DEBATE NO SOLAMENTE EN AQUELLA ÉPOCA Desde la época de Aristóteles, fue considerada que los organismos vivos más simples (lombrices, larvas, ranas y salamandras) podrían ser generados espontáneamente, del polvo y del lodo. Algunos sustentaban también que los roedores eran generados del trigo mojado y que los piojos de planta nacían de la condensación de gotas de orvallo.

En la mitad del siglo XVII, el naturalista Francesco Redi (1626-1697), médico de la familia Medici de Florencia, realizó una experiencia famosa para verificar si la generación espontánea era realmente posible. El colocó un poco de carne podrecida en una serie de recipientes, algunos cerrados con una tapa, otros dejados abiertos. De esa manera, el logro de demonstrar que las larvas nacían solamente en aquellos recipientes donde las moscas había posado para depositar sus huevos.

 

EN EL SIGLO SIGUIENTE, DOS EXPONENTES DEL MUNDO RELIGIOSO ABORDARON EL TÓPICO POR DOS LADOS DIFERENTES: El Reverendo inglés John Needham (1713 - 1781) y el Abad Jesuita Lazzaro Spallanzani (1729-1799), profesor titular de Historia Natural en Pavía. Para demostrar la generación espontánea, Needham publicó un libro conteniendo los resultados de su investigación. Su experiencia consistió en poner un pedazo carne en un recipiente que estaba supuestamente herméticamente cerrado y luego llevado a caliente durante algunos minutos. En los días siguientes, “animalitos” fueron encontrados en los recipientes dejados a la temperatura ambiente. El biólogo y estudioso de ciencias George-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) tenía la misma opinión, considerando que las moléculas orgánicas derivadas de la descomposición de los cuerpos podrían se unir espontáneamente para formar nuevos organismos.

Las teorías de Needham y de Buffon recibieron crédito hasta que los resultados de las experiencias del abad italiano fueron publicados en Francia. Spallanzani realizo de nuevo las experiencias de Needham, obteniendo inicialmente, los mismos resultados.

Pero cuando él modificó el tiempo de exposición al calor durante 45 minutos y perfeccionó el sistema hermético de sellado para los recipientes, ningún señal de vida fue detectado. Desde que el problema de generación espontánea envolvió no solamente consideraciones científicas, sino también consideraciones religiosas que afectaban las formas por las cuales la vida humana podría originalmente haber sido generado, el debate - aún perdura hasta hoy entre los Creacionistas y Evolucionistas - no fue apaciguada.

 

EL CAPITULO NUEVO LLAMA LA ATENCIÓN DE PASTEUR EN LA INVESTIGACIÓN DE FELIX ALEXANDRE POUCHET (1800-1872) Debido a los resultados obtenidos del estudio de los gérmenes. Puochet, un naturalista y profesor en la Universidad de Rouen y adepto convencido en la generación espontánea, realizó una experiencia en 1858: él lleno un frasco con agua hirviendo, y lo cerró herméticamente, enseguida sopló oxigeno y una cantidad pequeña de heno calcinado. Después de algunos días, las formas de vida aparecieron en el frasco sellado por la fermentación. Así mismo, admitió que no ha realizado muchas pruebas similares.

Pasteur, consideró que la aparición de los fermentos en la experiencia de Pouchet podría haber sido causado por el aire contaminado introducido dentro del frasco. La controversia fue bien acalorada, para demostrar que la generación espontánea era imposible que implicara en obtener el consenso de la Iglesia y del Imperio, Pasteur - católico fervoroso y siempre estaba buscando fondos para su investigación - decidió enfocar sus esfuerzos en el problema. El duelo entre los dos científicos se dio durante seis años y las experiencias se realizaron en los laboratorios y en alturas elevadas: Pasteur se dirigió para los Alpes y Pouchet a los Pirineos, donde los recipientes tratados con las sustancias diferentes fueron expuestos al aire puro y en altura.

Los resultados remanecieron en lados opuestos y solamente, después que la Academia de Ciencias se dirigió directamente al problema y prometió una recompensa de 2500 francos “Para quien pudiese dar una nueva luz sobre la pregunta de la llamada generación espontánea” una definición oficial de la disputa fue obtenida.

 

LA EXPERIENCIA DE PASTEUR, perfeccionada después de una larga serie de investigaciones, que consistía en llenar un recipiente especial (un frasco de cuello de cisne) con agua, azúcar y levadura de cerveza. Primero, el recipiente fue llevado al fuego y luego para el aire atmosférico para permitir su entrada. Entonces, todo fue calcinado y el recipiente sellado fue puesto en un horno a 30°C. Después de esas operaciones, el líquido permaneció establemente estéril.

Para demostrar, entonces, que los gérmenes están presentes en la atmósfera, Pasteur perfeccionó una segunda experiencia. Filtró el aire atmosférico con una bola de algodón poniendo en un tubo conectado a un dispositivo de succión. Usando un microscopio, el verificó que en la bola de algodón contuvo los “corpúsculos cuya forma y estructura era muy similar de aquellos organismos”. Él puso la bola de algodón dentro de un recipiente especial (sin dejar ingresar el aire) conteniendo el líquido estéril. El resultado fue encontrado con la detección de los microbios y multiplicándose.

 

EL 7 DE ABRIL DE 1864, delante de una audiencia típica de grandes ocasiones (Alexandre Dumas, George Sand, Princesa Mathilde) y con el uso de efectos teatrales, Pasteur presentó los resultados de su investigación en Sorbonne: «1. la atmósfera está acompañada siempre de […] corpúsculos organizados [que] ni mismo los más instruidos naturalista tendría la capacidad de distinguir […]. Esos, señores, son gérmenes de tamaños microscópicos; 2. es posible de diseminar los corpúsculos en suspensión en el aire […] que contiene una infusión orgánica extremadamente sujeta a la alteración a través del contacto con la atmósfera; el aire ahora en los frascos es introducido a una temperatura extremadamente alta, se hace inapropiado la aparición de los seres microscópicos, pero por la […] exposición de la infusión a la atmósfera descubrimos que, después de dos o tres días, se originaron esos microorganismos. [...] Que conclusión fueron obtenidas a través de estas pruebas, que es simple de realizar, pero ¿qué puede originar una grave consecuencia al punto de cuestión?”»

Percibiendo que el comité estaba decisivamente orientado en favor de Pasteur, Pouchet no presentó su investigación y dejó libre a su adversario para reinar. Pasteur concluyó su conferencia en medio de muchos aplausos de la audiencia.

 

EL NUEVO CONOCIMIENTO SOBRE LOS MICROBIOS y su comportamiento, le llevó a permitió a Pausteur a envolverse con enfermedades infecciosas. Pero, como él era un químico y no un médico, él fue recibido con hostilidad por los clínicos. Entre ellos, Edouard Chassaigne, que afirmó que “el laboratorio mata muchos animales y conserva pocos hombres”, y Hermann Pidoux un clínico reconocido, que no tenía conocimiento de las enfermedades como consecuencia de factores externos, a partir de los dos microorganismos presentes en el aire, el sustentaba que la “enfermedad está dentro de nosotros”. Pasteur estaba interesado en las enfermedades que afectaban a los animales domésticos, particularmente, el ántrax, que afectaba a las ovejas, caballos y corderos, limitando su dispersión (el germen responsable por la enfermedad fue más tarde descubierto por Robert Koch, en 1876); él identificó y encontró la cura para una enfermedad que disemino el gusano de seda en el sur de Francia; él elaboró el medio de la vacunación para combatir la enfermedad en las gallinas afectadas por la “cólera aviaria”.

Retomando el trabajo de Edward Jenner, Pasteur, en 1885, con la contribución de su asistente Emile Roux, mejoró una vacuna contra la rabia causada por los perros.

El incentivo y el cambio de experiencias con el médico inglés Joseph Lister, inventor del método de antisepsia, le serviría para confirmar con Pasteur sobre lo que él siempre había considerado - que existía una ligación cercana entre los microbios y enfermedades también en el hombre - y condujeron para la difusión de la práctica de esterilización del equipo médico.

 

POR LOS DESCUBRIMIENTOS IMPORTANTES HECHOS Y POR LOS MÉTODOS DE ESTUDIOS REALIZADOS, el trabajo de Pasteur permitió mejorar profundamente la vida, generando un pensamiento positivo en el conocimiento, permitiendo a la humanidad de librarse de muchas enfermedades que a afligieron durante siglos y por la identificación de esos seres invisibles responsables por todas esas enfermedades. *

 

 

Comentario:
Login o Registrarse para publicar un comentario
PERINI JOURNAL 43