PJL-41

Visitantes extranjeros en la ciudad de Lucca

Debido a la celebración de los 500 años de la muralla urbana, Quien o Quienes lo fueron atraídos por la hermosura de la ciudad.

Franca Severini


“J’ai un tel faible pour la liberté que si l’on me défendait l’accès de quelque coin des Indes, j’en vivrais très mal à mon aise.”


El autor de esta frase es Michel De Montaigne, filósofo francés del final del siglo XVI que vivió un tiempo en la ciudad de Lucca, apreciando la belleza del paisaje y de la arquitectura y su atmósfera. La libertad es sin duda un aspecto que hace el erudito de la ciudad, que siempre fue un estandarte y un baluarte de la libertad en diferentes épocas y muchos gobiernos.

Una ciudad industrial, según la definición del filósofo francés. Lucca, de cierto modo es así, desde la antigüedad hasta nuestros días, ella representa una realidad conocida en todo el mundo por su excelencia industrial en muchos sectores, delpapel para la tecnología aplicada en máquinas de papel, de la construcción naval hasta el sector de piedras.

Fue definida como la República de Myrmidon por Charles De Brosses, erudito y político francés del siglo XVIII, que escribió sobre la historia antigua y geografía, ofreciendo una contribución muy importante en el descubrimiento de Australia. Él invento el nombre de Polinesia, que fue el predecesor de la antropología y de la lingüística moderna y escribió el famoso libro “Voyage en Italie 1739-1740”. Lucca fue llamada de la pequeña Ginebra por Edward Gibbon, el grande historiador inglés que personificó la racionalidad y del escepticismo iluminista, tras su viaje por la península, escribió la obra monumental “Decadencia y Caída del Imperio Romano”. Georg Christoph Martini, el pintor sajón, pasó veinte años en esa ciudad en la mitad del siglo XVIII, dejando en escritos e imágenes pictóricas de los nobles de Lucca y describiendo el paisaje que se extiende por las Murallas hacia fuera: “En las colinas bien cultivadas que cercan todos los lados de la fértil planicie de Lucca, están distribuidas por entre los viñedos y los huertos de olivos las agradables moradas de las familias aristocráticas, distribuidas dentro de una área de seis millas alrededor de Lucca, desde las planicies hasta el medio de las colinas y se extiende hasta el territorio florentino”.


CON EL CURSO DEL TIEMPO, LUCCA FUE CONSIDERADA UN LUGAR DE PARADA IDEAL.

El cónsul británico Montgomery Carmichael tuvo una estadía en el Hotel Universo en frente al Teatro del Giglio, donde él compartió sus impresiones y reflexiones sobre el arte y política con John Ruskin y Harry Collingwood, seudónimo de William Joseph Cosens Lancaster, autor de los cuentos contemplados en los grandes buques del siglo XVIII.

Pero, John Ruskin es por excelencia, el apasionado por Lucca. Ese crítico de artes, nacido en Inglaterra, pasó a vivir en la ciudad varias veces. Fue donde él se encontró en 1845, pensando que sería solamente por algunos días y acabó permaneciendo allí durante cuarenta años. En la catedral de San Martino, descubrió el famoso sarcófago de Ilaria del Carretto, todavía hoy es el destino de los turistas de todo el mundo, hecho en 1405 por un joven artista de Siena, Jacopo della Quercia. Una figura con dimensiones naturales: “Su cabello, adornado con ricas trenzas, amoldan su frente pura y encantadora; sus dulces ojos con cejas arqueadas están cerrados; la ausencia del dulce sonriso en sus labios graciosos revelan que el soplo de vida acabó; y, todavía, no es la muerte o sueño, pero es una memoria pura y casta”.

Vernon Lee, con el seudónimo de Violet Page, una escritora inglesa con óptimas relaciones culturales, se estableció permanentemente en Italia y murió en Florencia in 1935, ella fue considerada como la embajadora de la literatura. Ella sintió que Lucca era el local ideal para hacer romances o evocarlos de acuerdo a sus denominaciones sugestivas. Rudolph Borchardt, escritor alemán que se mudó a Toscana en el comienzo del siglo XX, fue el cantor de las famosas casas de Lucca después del pintor sajón: en su famoso ensayo de 1908 con el título “Villa”, él describe el encanto de esas residencias, joyas del arte y arquitectura en la tranquilidad del campo rodeadas por Murallas de la ciudad, locales de ocio para las familias aristocráticas de la ciudad que cultivaban relaciones y contactos con toda Europa y otros.

Todavía, hoy la Ville Lucchesi representa joyas de la arquitectura, verdaderos baúles de tesoro de la historia y obras primas del arte, muchas de las cuales están disponibles para el público. Todos ellos, hacen parte de una Asociación que conservan los valores absolutos a través de un itinerario del tiempo y de la belleza.


EL OJO DEL VIAJANTE ES NATURALMENTE LLEVADO A PERCIBIR LA IMAGEN DEL LUGAR EN TODA SU EXTENSIÓN.

Y que otro lugar a parte de Lucca tiene el mérito de presentarse completamente envuelta en su perímetro de Murallas como la “cittá- vassoio” (Lucca es metafóricamente comparada a una imagen religiosa de una bandeja - vassoio - ¿qué ostenta una preciosa reliquia) alardeada por los Santos? ¿Qué otra ciudad ofrece “la más linda distribuidadel mundo” en aquellas mismas Murallas arborizadas? Mirando para dentro, de aquellas Murallas, la ciudad parece como si fue guardada en un baúl del tesoro, con sus cúspides, torres y campanarios.

Dentro de ella, la historia de diferentes épocas es sedimentada, con los idiomas y rostros diferentes, desde la reutilización de los monumentos circos romanos hasta el florecimiento excepcional del arte romano-gótico, de la elegancia del renacimiento hasta la grandiosidad compuesta neoclásica. El visitante contemporáneo es sorprendido al diferenciar el tono de cada una de esas voces, llamando o resaltando la importancia de los aspectos típicos de la ciudad, como los jardines en las terrazas, los patios internos y los jardines que atrajeron a Montaigne, también. El alma del centro histórico de Lucca tiene un carácter evasivo y, por lo tanto, estimulante; una ciudad donde, excepto Piazza del Duomo, no existe una calle que te lleva directamente a la fachada de un palacio o de una iglesia. Todo parece que está en perspectiva en Lucca. Esa no es una de aquellas ciudades que te pueden coger de sorpresa por detrás, como dice la escritora americana Edith Wharton.

Una vez que cruzas el portón de la Muralla, cualquier portón es la ciudad que coge al visitante por las manos y lo guía por la ruta de sus calles.


MUCHOS TRABAJADORES vinculan el espíritu mercantildel pueblo de Lucca y su sentido de independencia con la presencia más o menos radicadas en los comienzos de la Reforma, aunque “muchas familias protestantes eran forzadas a establecerse sobre las márgenes de Lemano”, escribe el erudito y periodista de Lucca, Arrigo Benedetti, “la comunidad que no consiguió guardarse en las márgenes de Serchio”.

Otros, como el filósofo alemán Theodor W. Adorno que escribió en su “Taccuino lucchese” en 1963: “Quién sabe cuántas personas emigraron de ese canto del mundo para Canadá, EE.UU., Argentina”, remarcando como en épocas diferentes las personas de Lucca, que se mudaron a todas partes del mundo en busca de fortuna y trabajo.

Todavía hoy, la Associazione Lucchesi nel Mondo, con sede en Lucca, sobre las Murallas de la ciudad, representaun punto fijo en la historia de la ciudad y de las familias que se asentaron y establecieron en todos los lugares del mundo y que, a través de las actividades y la fuerte red derelaciones entre las diferentes oficinas de todo el mundo, conservan un fuerte vínculo con sus raíces. Theodor W. Adorno continua diciendo: “Sin interrupciones, como un rito, se repite la expulsión del paraíso, y que deben ganar el pan con el sudor de su trabajo”. Tal vez, sin saber de eso, a través de esa imagen móvil, el filósofo de Frankfurt recuperaba uno de los locales retóricos típicos del siglo XIX que definió ese “canto del mundo” como el “canto del paraíso”.


QUE FASCINA A LOS VIAJANTES DE TODO EL MUNDO, HOY EN DÍA TAL VEZ SEA EL CLIMA ÚNICO QUE PERMEA LA CIUDAD que se desarrollo en tiempos y estilos diferentes, sin aún contrastar la lógica de su crecimiento y armonía. Eso lo que podemos percibir en la atmósfera misteriosa e indefinible de la ciudad, una vez que cruzamos la oscuridad del portón. Esa es la impresión, usando las palabras de Alfred Alvarez, “de entrar en un castillo, parece mundo aislado e independiente, donde debemos asumir un comportamiento diferente”. Tal vez sea verdad que pasar la entrada, en Lucca, realmente significa entrar en otro mundo.“


ALREDEDOR DE LAS MURALLAS” DE NANNI DELBECCHI


El autor describe el límite entre el sueño y la realidad, es hacer una caminata por las murallas de su ciudad, Lucca. Delbecchi describe el tour como el prototipo de un sueño, con el objetivo de describir la ciudad, que dice: “el primer paseo de mi vida se produjo a través de un sueño. Para decir la verdad aquel sueño fue una caminata”. Ese cuento te conduce por las maravillas secretas de esta ciudad antigua que se revela como un lugar de los sueños por ser vividos. “El primer paseo de mi vida se produjo a través de un sueño. Para decir la verdad aquel sueño fue una caminata.

Yo soy un niño y estoy paseando alrededor de Lucca sin ver una alma viva. Ando en busca de algo que no está muy claro, moviéndome de la Piazza San Michele y finalmente llegando al área entre Piazza Bernardini y Duomo, donde están suspendidas en una nube de silencio – como si el silencio fuese vacío – algunas de las más misteriosas calles de la ciudad. En un determinado punto, yo percibo el crepúsculo, un evento que en el centro medieval viene con vagas premoniciones: el último sol brilla en los mármoles más altos de las iglesias, las sombras se hacen más espesas hasta que las luces de las tiendas se enciendan. Durante el período del crepúsculo, pasa por Lucca una felicidad de dar frío en la espalda que me recuerda la adolescencia; en algunas calles, la vida se concentra de una forma frenética, pero apenas una hora después de aquella emoción repentina, desaparece. Cuando estoy en la Vía Fillungo, la Torre delle Ore toca las ocho campanadas, la pequeña capital parece muerta. Junto con los turistas, apenas algunos vagabundos aún están en las calles…”


Nanni Delbecchi es un viajante moderno de las ciudades de Lucca: redactor del jornal “Il Fatto Quotidiano”, él comenzó la carrera en “Il Giornale” de Montanelli, después en “La Voce”, entre otros. Él cree en el destino. Nació en Lucca en 1957, se graduó como periodista juntamente con IdroMontanelli. Con Marsilio, él publicó en 2004 “I favolosi anni zero”. Él es el verdadero y único periodista italiano que entrevistó al Sr. Ikea para el Marsilio. Para la casa editora ZonaFranca, en Lucca, él escribió “Un giro di Mura”, un guía para los cantos y personajes más escondidos de la ciudad.

  • diseños de Andrea Cortopassi presentados en el libro “Un giro di mura”.
  • anfiteatro
  • la Iglesia de San Michele en Foro
  • escultura de Ilaria Del Carreto por Jacopo della Quercia
  • Porta di San Donato
  • la capa del libro “Un giro di mura”
  • diseños de Andrea Cortopassi presentados en el libro “Un giro di mura”.
  • diseños de Andrea Cortopassi presentados en el libro “Un giro di mura”.
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