Angelo Sganzerla aprendió la profesión participando de los atelieres de Enzo Mari y Silvio Coppola, MAESTROS destacados del diseño italiano.
Nico Zardo
Tras la consolidación de su experiencia por el trabajo en publicidad y en la promoción de galerías de arte, él fue capturado por el mundo de la naturaleza mientras cuidaba de la imagen de Naj Oleari y del Centro Botánico. ¡Cuando él se convirtió como director de arte del Erbolario, el embalaje ya no era más un secreto para él!
La calidad de un producto es definitivamente un factor crucial para el éxito en el mercado, pero sabemos muy bien que eso no basta hoy. Debemos apoyarla comunicando a través de imágenes sus calidades intrínsecas, la capacidad de satisfacer una necesidad o un deseo, la credibilidad de aquellos que se proponen. Muchos de esos aspectos son resumidos en el embalaje del producto, cuja definición es confiada a un director de arte.
En este contexto, Angelo Sganzerla, con más de 40 años de actividad, obtuvo una grande experiencia, especialmente en áreas de productos alimenticios, de belleza y de salud. En su oficina en Milán, desde el piso hasta el techo, las paredes están literalmente cubiertas con cajas de diferentes tamaños y colores, dando pruebas de una actividad que lo llevó a crear centenas de nuevos embalajes todos los días.
LA MAYOR PARTE DE LA ATENCIÓN PROFESIONAL DE ANGELO SGANZERLA ES DEDICADA a los productos de Erbolario, una empresa de Lodi, que él acompaña desde su creación y que, en 30 años de actividad, se hizo líder en el campo de los productos fitofarmacéuticos con una red nacional de cerca de 4.000 tiendas, incluyendo tiendas herboristas y farmacias.
Los modelos de embalajes, catálogos, placas de vitrinas, calendarios, cajas de regalos, dejan sus mesas llenas y cada una de ellas es dedicada para un trabajo diferente que Sganzerla desarrolla al mismo tiempo. Las artes gráficas que cubren los diferentes productos son sencillas y esenciales, las ilustraciones que se refieren a los elementos de la naturaleza son siempre fruto de una preparación cuidadosa y de un estudio meticuloso tanto en los libros y cuanto en los documentos fotográficos de los jardines y de las estufas existentes de toda Europa.
Una vez elaborados los diferentes documentos son enviados a los ilustradores que, siguen las indicaciones ciertas del director de arte, que producirán las imágenes que connotaran las cajas. Una labor larga, meticulosa y apasionada, cuyo fruto transforma una simple caja de cartón en algo mágico que captura nuestra atención.