“Fotografiar es saber sujetar la respiración cuando todas las facultades convergen para captar la realidad fugaz. Es justamente en ese momento cuando se logra dominar una imagen transformándola en una grande alegría física e intelectual”.
Maurizio Vanni
Tú puedes ser un fotógrafo de profesión, pero al mismo tiempo un artista de nacimiento: Henri Cartier- Bresson poseía en su DNA la iniciativa y la paciencia de seguir su instinto para esperar lo que muchas veces parecía un tiempo racionalmente injustificable, juntamente con la exaltación del estado de gracia a través del cual hasta mismo las tareas más arduas y titánicas parecían viables.
Initiativa, instinto, previsión y una pizca de suerte ayudaron al corajoso y osado Henri Cartier-Bresson a tener seguridad de que las pocas fotos hechas del evento en cuestión serían suficientes para comprender su importancia a través de su esencia, a través de los fragmentos fundamentales documentados de forma diferente. El artista francés consiguió percibir la energía de un lugar, la originalidad de un momento, la elocuencia de una postura, sobre todo, él tenía la paciencia de esperar el momento cierto para el desenrollar del gran evento visual.
Un hombre y artista que se hizo famoso por darnos los bastidores de la vida, haciéndolo inolvidable algunos de los momentos más importantes de la historia de la humanidad, así como también transformando los pequeños eventos relacionados a las personas desconocidas que, en algún momento de sus vidas, se entregaron a algo instintivo, espontáneo y curioso. Una nueva manera de suspender el mundo y vivir la realidad a través de una forma inédita de decir sobre eso: “Yo vagaba por las calles durante todo el día, sintiéndome muy amarrado y listo para atacar, listo para coger la vida en una ‘trampa’.”
En el comienzo de los años de 1930, él compró una cámara Leica 35 mm, marcando el comienzo de uno de los vínculos más fructíferos, productivos, increíbles e imprevisibles entre el artista y su instrumento expresivo en la historia de la fotografía, estando siempre en el lugar y hora cierta. Llamado de “The Eye of the Century” (“El Ojo del Siglo”), Henri Cartier- Bresson anticipó muchos motivos fotográficos que caracterizarían el curso y la evolución de la expresión artística: “Las fotografías pueden alcanzar la eternidad en un momento”. Al final de los años setenta, él escogió 133 fotos para el libro “Henri Cartier-Bresson. Photographe” publicado en 1979. El resultado fue una exposición antológica completa, que cuenta la historia de los “momentos decisivos” que marcaron la vida artística de una persona nascida para sacar fotos del tiempo y que creció para ser testigo - de forma absolutamente personal - algunos de los instantes que se convertirían históricos, fantásticos y memorables: “La fotografía es una forma de gritar, de libertarse, no de probar o afirmar la originalidad de alguien. Es un modo de vida”.
La exposición, organizada po Lu.C.C.A. - Lucca Center of Contemporary Art, en colaboración con la Fundación Henri Cartier- Bresson y Magnum Photos, permanecerá abierta al público en el museo hasta el 3 de noviembre de 2013. Socio de la exposición: iT’sTissue - la experiencia de tecnología italiana, el evento organizado por la Red Italiana de Tisú que reunió 12 empresas productoras de máquinas y sistemas para la industria de tisú, realizada en Lucca, del 22 al 30 de junio de 2013.