Hace un siglo, cuando fueron establecidas muchas de las normas de consumo para nuestra sociedad moderna. No obstante, las mujeres eran las mayores consumidoras, pero de alguna forma fueron dejados de lado.
Ian Bell, Jefe de Investigación de Tisú e Higiene- Euromonitor International
Aquellos que transformaron eso en un potencial de inclusión, de esa “otra mitad” fueron los pioneros y aún lo son, en algunos casos, hoy las marcas famosas. H.G. Selfridge, por ejemplo, vio que faltaban baños femeninos en lugares públicos como una barrera y los incluyó como parte de su proyecto en su grande tienda principal en la calle Oxford Street en Londres (inaugurada en 1909), recogiendo más adelante los beneficios de la clientela femenina de clase media.
Aunque pueda parecer obvio para los padrones de hoy, la introducción de esas instalaciones fue una verdadera revolución en aquella época, que permitió a las mujeres de la era eduardiana a salir fuera de casa (generalmente, desacompañadas) y su tienda obtuviese una nueva generación de consumidoras, que tenían su propia renta y estaban inclinadas a gastar y “socializarse” en el nuevo modelo de las grandes tiendas. Veinte años más tarde, la situación de las mujeres como consumidoras del mercado masivo fue normalizada en parte por los esfuerzos de Edward Bernays. Cuando fue consultado por las empresas americanas de tabaco, de como encorajar al público femenino en su consumo, Bernays puso fin al tabú que prohibía asociar a las mujeres y el tabaco, promovió el hecho de fumar en público como siendo una actitud de poder, en sintonía con el movimiento feminista que él desarrollo y lo llamo “antorchas de la libertad”.
Hoy, parece absurdo que las mujeres consumidoras tuviesen un papel central en la industria de bienes de consumo, considerando que ahora ellas representan, por ejemplo el 60% de las ventas de vestuario, mientras que, en el sector de belleza y cuidado personal, ese número es mayor, llegando a superar el 80% en muchos casos. El papel de las consumidoras es muy significativo cuando es considerada la “compra asistida”. Mismo en los cuidados personales del hombre, las mujeres generalmente, tienen un papel fundamental en la realización de las compras; desde productos de afeitar hasta los desodorantes, la influencia de ellas es muy fuerte y clara. Mientras que toda una serie de sectores, que van desde los cuidados de casa hasta los alimentos rápidos, incluso, ahora el sector automovilístico, indica que tiene un foco creciente del consumidor femenino, existen pocas industrias que tienen la misma influencia sobre la vida de las mujeres cuanto a la industria de productos de higiene.
EL PAPEL FUNDAMENTAL DEL ABSORBENTE HIGIÉNICO PARA EL DESARROLLO.
Mientras que la industria de tabaco sustentó las grandes declaraciones públicas de la independencia femenina (antorchas de la libertad, citado arriba), la industria de productos de higiene, dio muestras de desarrollo, prácticamente en silencio, a su modo. Tomando como ejemplo, el absorbente higiénico, su constancia hasta la invisibilidad, esconde el impacto que la categoría tuvo una gran ayuda en las mujeres para ser más independientes y entrar en el mundo del trabajo, generar su propia renta y convertirse en consumidoras que las otras industrias están actualmente, buscando en amenizar y superar la actualcrisis económica. No obstante, eso es una verdad para los países desarrollados, mirando más adelante, que aún existe mucho trabajo a ser hecho, especialmente, en los mercados emergentes del sur de Asia y de África Negra, donde se puede argumentar una combinación de los tabús sociales acerca de la menstruación es la falta de oferta de absorbentes higiénicos, que aún es unobstáculo para la emancipación femenina más amplia y movimiento social ascendiente. Los padrones de higiene moderna requieren de una renta de US$ 3/día, eso aún deja más a 1 mil millón de mujeres en los países en desarrollo con acceso limitado a ese producto tan esencial. ¿Existe algo más que la industria pueda hacer para promover una disponibilidad más amplia de los absorbentes higiénicos en los países en desarrollo?
NO SOLAMENTE ES UNA CUESTIÓN DE CONVENIENCIA.
Mirando los países de África Negra e India, ambas son regiones de bajo desarrollo económico, que hacen un gasto promedio en absorbente higiénico menos que US$ 1 por consumidora, comparado a los US$ 18 de los países más desarrollados. En India, ese número es aún más bajo de US$ 0,3/año, haciendo que su uso sea muy limitado para las consumidoras de clase media y alta en las áreas urbanas. En las áreas rurales, particularmente, la oferta es nula, debido a que las mujeres usan paños y trapos como una alternativa y que puede implicar mucho en su salud.
OTRAS IMPLICACIONES MÁS EXTENSAS.
Mientras que la poca oferta es un reflejo de la mala distribución y falta de renta personal, su influencia en la escolaridad es significativa. Una encuesta social realizada en África Negra estimase el abandono escolar asociada a la menstruación de ellas en 50 días al año, haciendo eso para que las chicas dejen de lado la educación y abandonen la educación secundaria, reforzando el ciclo vicioso de la pobreza y la falta de movilidad social. En la India, la campaña Arsha, que fue aplicada por un cierto número de gobiernos regionales es una prueba de que existe una cierta voluntad política de proporcionar absorbentes higiénicos subsidiados o hasta mismo gratuitos para las estudiantes a fin de poder reverter ese ciclo. Los fabricantes también han pensado en aumentar sus apuestas en la sostenibilidad social. Procter & Gamble, por ejemplo, lanzó su campaña “Always keeping girls in school” (“Manteniendo siempre a las chicas en la escuela”) en colaboración con la UNICEF, para dar una educación sobre la pubertad a las chicas en África del Sur, y proporcionarlas absorbente higiénico Always Ultra para tres meses. Así como también, SCA y Kimberly-Clark también presentaron iniciativas muy similares a lo largo de los años, no existe nada de nuevo aquí, tal vez por aquí el palco esté destinado a una acción más colaborativa. Porque, ahora, la sostenibilidad es la columna central del desarrollo corporativo, con varias metas ambiciosas establecidas para 2020 y el mayor obstáculo de los productos de higiene sigue siendo su naturaleza desechable. Teniendo como foco la sostenibilidad ambiental en “reducir, reusar y reciclar” y con los productos biológicos aparentemente aún poco distante de eso, la industria debe estar consciente de que la sostenibilidad social es una jugada muy fuerte. De hecho, con la sostenibilidad social, eso se ha convertido en una formalidad, gracias a las propuestas legislativas de la Unión Europea - que finalmente, definirá su propio conjunto de medidas - el lado social de la sostenibilidad debe ser apoyado por la industria de productos higiénicos como ninguno otro.
¿LAS INICIATIVAS DE SOSTENIBILIDAD SOCIAL HICIERON LO SUFICIENTE?
A pesar de que se tengan las mejores intenciones, las iniciativas en mejorar la disponibilidad de absorbentes higiénicos en esas áreas geográficas muy difíciles, no solamente se requieren de un abordaje con base en el mercado, sino que también esté correlacionado con la realidad económica de los consumidores con menos de US$ 2/día. Suponiendo que de aquí a algunas décadas, las rentas en esas áreas no alcancen el límite necesario para el consumo moderno de absorbente higiénico, existe siempre una tercera opción. Hay ejemplos en los cuales hasta los pequeños inversores en modelos de fabricación y venta local pueden ofrecer la difusión de la sostenibilidad social, así como ayudar a desarrollar la cultura de consumo, que puede ser ventajosa a largo plazo. Esa visión es apoyada por la fundación SHE, que sugiere las ayudas financieras no tengan efecto a largo plazo sobre el desarrollo y en lugar de eso, apoyar a las mujeres locales a comenzar con su propio negocio en producir los absorbentes a partir de la materia prima local, tal como la fibra de bananera (http://www.sheinnovates.com/index.html).
Otros ejemplos inspiradores son encontrados en la India, donde el emprendedor Arunachalam Muruganantham fabricó una máquina de transformar madera en absorbentes higiénicos esterilizados. Hasta hoy, su compañía vendió 600 máquinas en 23 estados, cada una produciendo hasta 3.000 unidades/día, y son operadas en grande parte por mujeres del lugar. Eso es un proyecto que podría ser imitado en otras regiones, apoyándose por la inversión cierta en equipo y entrenamiento (http://www.guardian.co.uk/lifeandstyle/2012/jan/22/sanitary-towels-india-cheapmanufacture). De la misma forma, los estudiantes de diseño industrial de Suecia desarrollaron un método de transformar aguapés en absorbentes higiénicos, en áreas de contorno del Lago Vitória en Kenia. Los aguapés son hierbas dañinas invasoras y representan una amenaza al ecosistema local y de dar un fin a los medios de subsistencia. El uso de aguapé para fabricar el absorbente higiénico en una de las regiones más pobres de Kenia prueba una vez más, que hacer negocios con un foco local puede ser una fuente de soluciones innovadoras.
UN MODELO UNIVERSAL.
Mismo que esos pocos ejemplos sean bien diversos, ellos nos dan la esperanza de que el abastecimiento de absorbentes a precios en cuenta no esté fuera del alcance de las mujeres, mismo para aquellas de baja renta. El absorbente higiénico es un producto clave que puede influenciar las oportunidades de las mujeres en la educación, trabajo, movilidad social y finalmente, en la renta. La transformación de los actuales negocios caseros en empresas más tradicionales – a pesar de ser una posible pesadilla de gestión - puede revelarse una mano vencedora y una historia muy positiva que la industria de absorbentes higiénicos podría apoyar. No obstante, el desarrollo de la mujer como otra frente en la economía del consumidor tiene aún su propia resonancia, el mismo que podría ser dicho al respecto de la industria de absorbentes higiénicos en las siguientes décadas, si tenemos la capacidad de llevar esa moderna “antorcha de la libertad”.